Celebrando el Año Viejo
El paso de un año a otro son momentos emocionantes, la mayor de las veces, momento de esperanza, de dejar un año con todo lo que ha sido y comenzar otro con ilusión. Si estos momentos los vives en familia o con amigos cercanos, son momentos de alegría, porque lo que celebramos es la Vida, un año más juntos, y también de recuerdos, de los que se han ido. Pero la vida sigue y hay que celebrarlo. FELIZ AÑO NUEVO.
Con el cambio de horas, todavía me faltan algunas para pasar el año, pero gracias a las nuevas tecnologías he podido compartir ese paso con toda la familia, viendo las caras de frente, la ilusión, la alegría, las uvas, el conteo y la explosión final con la última campanada. Estamos en el 2023.
Este año me está tocando pasarlo en Quito, estoy sólo en la habitación de un hotel, pero por decisión mía, porque estos días me venían muy bien para visitar a algunas personas de Quito, y para aprovechar a comprar libros. Hoy he comprado cien novelas para nuestra biblioteca. Todo un regalo para la gente de Cojimíes. Este año debe ser la consolidación de la biblioteca y comenzar a sacarle todo el partido posible.
Los años viejos en Quito son diferentes a la Nochevieja que conocemos. Aquí unos días antes se van poniendo en las ventanas de las casas muñecos de cartón piedra que representa todo lo que queremos quemar, lo que queremos dejar atrás y con las campanadas estos muñecos se queman en medio de la fiesta, los canelazos y la música.
Los muñecos que más he visto son los que representan a la violencia, a la enfermedad y a los malos políticos, que también por aquí abundan.
No creo que salga a esas horas porque no recomiendan a un extranjero andar solo a esas horas. Abundan los atracos y no hay que ir a buscarlos.
Aún siendo diferentes las formas de celebrar, en el fondo el espíritu es el mismo: priman la ilusión, la alegría y la celebración de la VIDA.
Feliz Año Nuevo 2023, Urte berri on¡¡¡
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